La
fotografía como herramienta educativa, en su proceso de aprendizaje
ayuda a la capacitación y estimula la creatividad. Es una forma de
expresión, que ayuda a preservar nuestra identidad cuando la
reflejamos y conservamos en papel y sirve para la transmisión de
nuestra cultura, nuestras tradiciones, preserva nuestra memoria,
nuestra historia.
En
consecuencia, promover su aprendizaje es un estímulo al desarrollo
del potencial humano como búsqueda de conocimiento, arma liberadora
de la conciencia humana.
Robert
Leverant nos indica que hacer una fotografía es también un acto de
voluntad; de hacernos maestros de nosotros mismos para que bajo
cualquier condición, incluyendo enfermedades y fatigas, bajo lluvia,
nieve, terremoto o sol, podamos esgrimir nuestros instrumentos con la
delicada velocidad de un samurai, y mas adelante añade la necesidad
de aproximarnos a ella con una mente limpia y un corazón puro.
Además, el mágico poder de la imagen fotográfica crea un excelente
recurso objetivamente ideal para la capacitación y la práctica
visual de la memoria. Lo que nos proporciona un interesante incentivo
para explotar un sin número de posibilidades y aplicaciones muy
externas. Cubriendo aspectos básicos de la tecnología aplicada y
las ciencias básicas; así como también, la comunicación y las
artes. Con esta idea en mente, las posibilidades de poder suministrar
a los educandos instrumentos de capacitación alternativos, hacen de
este preciado arte, una herramienta ideal para encaminarlos a
entender principios como la ecología, por ejemplo.
Anareli
Agreda Casado
(FOTÓGRAFA-DOCENTE)
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